Suele hablarse de la Salud Mental y la Salud Física como temas separados. Sin embargo, es todo lo contrario. La mente y el cuerpo están conectados y las alteraciones de uno a menudo afectan al otro.
Si está enfermo o tiene un dolor, la depresión y la ansiedad pueden ser la causa. Además, pueden presentar desafíos en otras áreas de su vida como el sueño, la alimentación, la concentración, el nivel de energía y el estado de ánimo en general.
Si tiene un trastorno mental o sufre una angustia emocional profunda por circunstancias de la vida (finanzas, divorcio, cambios de trabajo, etc.), corre mayor riesgo de tener dolencias físicas (hipertensión, enfermedades cardíacas, etc.).
Para los problemas físicos, la mayoría de las personas consulta a un médico y se hace un chequeo; sin embargo, la mayoría de las personas no acude a un profesional de la salud mental para realizarse un examen de salud mental ni habla con sus médicos acerca de si su estrés emocional puede estar influyendo en sus síntomas físicos.